jueves, 31 de enero de 2019

Personas normales.....


Son las 8,30 de la mañana de un frio día, los alumnos ya han entrado al centro, y en la puerta hay dos hombres, tocan el timbre y entran, piden permiso para poder quedarse sentados mientras abre el polideportivo que está en frente del instituto donde trabajo.
Me explican que hace mucho frio y que aquí estarán resguardados. Su forma de hablar y caminar denota una anomalía, imaginó su problema, pero no les pregunto nada.
Estoy sentada al lado del contenedor donde los alumnos y sus familiares depositan ropa de segunda mano, que luego enviamos a una asociación, que invierte el dinero de la venta en becas comedor para niños.
Estoy clasificando la ropa, y me comentan que necesitarían un café, tienen frio y quieren entrar en calor.
Mi reacción ha sido decirles que tenemos una máquina de café en la planta de arriba y que enseguida les traería uno. Han intentado sacar dinero de un bolsillo, y al decirles que no hacía falta, que yo los pagaba, se han quedado muy sorprendidos.
Pronto hemos entablado una conversación, me han explicado lo que yo había detectado desde un principio, forman parte del PROYECTO HOMBRE.
Les he comentado que me parecían unos valientes por afrontar su problema y pedir ayuda.
Uno de ellos me ha dicho, que no están acostumbrados a que las personas le hablarán como yo Me han agradecido que los tratara como a personas normales.
He sentido pena cuando han pronunciado la palabra NORMALES.
Una profesora aprovechando que entraba a un despacho me ha recriminado que estuviera hablando con ellos, según su parecer, era un peligro que personas como ellos estuvieran en un lugar donde había 300 jóvenes. Mi reacción ha sido decirles que estaban conmigo y que no pasaba nada.
Una larga conversación seguida de un regalo de una cazadora de piel a uno de ellos ha sido el desenlace de una bonita experiencia.
Me he sentido bien al lado de estas dos personas. SUERTE!



lunes, 21 de enero de 2019

Soy una guerrera......


Comienzo a recorrer el pasillo, me dirijo a la habitación 61, una enfermera me dice que tengo que ponerme una mascarilla antes de entrar, tienen que tener mucho cuidado para que no pille ningún virus.
No se que me voy a encontrar, entro decidida y mis primeras palabras son de presentación.
Se alegra de que haya ido a verla.
Me encuentre enfrente de una mujer desconocida para mi hasta ese momento, con un aspecto poco saludable. La habitación está oscura y por la ventana se aprecia el atardecer.
Está sentada en un sillón cama, muy abrigada y sin cabellos.
Comienza a explicarme como ha llegado hasta allí, un recorrido de tratamientos sin éxitos, hasta que un día encuentra un donante de médula alemán.
Hasta el momento no hay rechazo, está respondiendo muy bien, pero lleva encerrada en la habitación sin salir desde hace 12 días. No tiene apenas visitas, porque la relación con sus hermanos no es la que cualquier persona desearía.
Su tiempo lo invierte en leer, ver la tele y conectarse a Walapoo.
Esta tarde, recibí un mensaje de ella, me decía que quería comprarme una cazadora, al contestarle que cuando podíamos quedar me dijo que estaba hospitalizada y que no podía quedar conmigo.
Sus palabras llamaron mi atención, le dije que si quería que fuera a verla al hospital. Sus palabras fueron:
-          Si por favor, tengo cáncer, pero soy una guerrera.
No le llevé la prenda que quería adquirir  porque no me parecía corrector ir al hospital hacer negocio. Mañana iré y se la voy a regalar junto con algunas cosas más.
La mascarilla me ahogaba, me aconsejaba, que entrara al cuarto de baño, que respirara y que me la volviera a poner.
Hablamos y hablamos, me explicaba cosas bastantes terribles,  yo estaba serena y mi misión era estar a su lado, oyéndola. 
 He estado a su lado más de una hora y la experiencia ha sido enriquecedora.