Surcamos los caminos
de nuestra alma
como un náufrago dispuesto
a entregarse
al mar,
conocimos el sabor
de la esperanza
al ver lienzos
inyectados de paz.
Luchamos y lloramos
unidos
como una roca,
subimos a lo más alto
y conocimos
la derrota.
Supimos de la grandeza
con sólo tocarte y
entendimos que la belleza
de las heridas
podía convertirse en arte.
Cynthia Uceda