Confieso que llevo en el bolso
unos guantes de látex, unas toallitas perfumadas y una bolsa de plástico.
¿Para qué?
Veréis, me dedico a mirar todas las papeleras que encuentro en mi
camino, y si veo un tapón de plástico,
lo cojo y después me limpio las manos.
Pero no solo eso...
Si encuentro un
contenedor amarillo lleno, aprovecho para sacar bolsas repletas de botellas de plástico,
y hago mi particular “agosto”.
Cada día, cuando salgo de
rehabilitación, hago mi ruta de búsqueda
de tapones y llego a casa con una bolsa repleta.
No me importa que me vean
fisgonear en los contenedores ni en las papeleras, me he propuesto ayudar con
todas mis fuerzas a mi niño, Agustín, y haré todo lo que sea necesario para
conseguir montones de kilos de tapones.
¿Sabéis? Ahora entiendo un poco más a esas personas que
“trastean” en la basura, intentando
encontrar algo que les proporcione algún dinero.
Confieso que yo soy una
de ellas.
Me gusta lo que escribes,me gusta su sensibilidad,y me gusta que lo expreses públicamente.¡Te admiro!
ResponderEliminarGracias por lo que me escribes.Un saludo
EliminarEdna eres la leche,jajajajaja
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