Hija,que feliz me haces!

Mañana comienzas a recoger el fruto de muchos años de estudios.

Desde pequeña estudiaste en un colegio, donde las exigencias eran muy elevadas. Te adaptaste muy bien, no solamente a los estudios obligatorios sino que también al Instituto norteamericano, donde fuiste sábado tras sábado hasta que conseguiste un nivel de inglés inmejorable.

Recuerdo cuando elegiste los estudios universitarios, en el mes de febrero a cuatro meses de terminar el bachillerato y sin que se supiera los resultados de la selectividad, fuiste admitida en una gran universidad. Tres años de mucho trabajo y no menos estudios han hecho que fueras seleccionada entre muchísimos aspirantes para ocupar un puesto de becaria en una multinacional.

Hija, me siento muy feliz, pero no solo porque mañana comiences a trabajar, ni porque hayas estudiado tanto  todos estos años, sino porque eres el centro de nuestras vidas, eres una persona con muchos principios, con una alegría que nos contagias, con las ideas muy claras, con una madurez  y una personalidad arrolladora...

Qué suerte he tenido en mi vida, le doy gracias a Di-s por tenerte a mi lado y sobre todo a tu padre que siempre ha estado apoyándote.

¡Te quiero!