Creo que han pasado 10 años, desde el fatídico suceso, donde perdió
la vida, nuestra alumna, Mariona. Fue un cúmulo de mala suerte, nadie puede entender
cómo pasó, pero el resultado fue traumático.
A partir de aquel tremendo día, su padre, subía hasta el
Insti, justo en la farola donde ella estaba sentada y ponía flores.
Día tras día , semana tras semana, mes tras mes y año tras años,
cuando entrabamos a nuestro centro de trabajo, allí estaban sus flores. Muy a
menudo hablábamos del suceso, porque las flores nos hacían que no pudiéramos olvidar
aquella tragedia.
Ahora hace ya casi un mes, que las flores no están, pensamos
que por fin, su padre ha sido capaz de acabar el duelo.
No me cabe ninguna duda de que tanto el cómo la madre nunca podrán
olvidar a Mariona, pero nos sentimos aliviados, de pensar que haya sido capaz
de superar esa etapa.
Mariona, estés donde estés, nunca te olvidaremos!
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