Recibes un mail de una amiga diciéndote
que llevas algunos días muy triste, que ya no ríes, que nunca te había visto de
esa manera.
Te das cuentas de que no puedes
disimular tu estado, estas cansada, continúas haciendo tu trabajo, pero sin
ganas, sin ímpetu, las fuerzas han desaparecido y lo que antes hacías en un
momento ahora te cuesta mucho trabajo realizarlo.
Recapacitas y sabes que tienes
que resolver esta situación, tienes que pedir ayuda a un especialista porque a
pesar de no tener ganas de nada, tienes que seguir adelante, no te puedes
permitir el lujo de estar mal ya que tienes a tu cargo personas que dependen
de ti.
Necesitas tomar las riendas de tu
vida, y vas a seguir luchando.
Volverás a ser una persona
fuerte, con ganas de vivir, y continuaras con la labor que desde hace algunos
años te has propuesto realizar.
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