Nunca hubiera imaginado que te iba
a dedicar unas palabras en mi blog.
Recuerdo cuando te encontraba
sentado delante de conserjería porque te habían echado de clase. Siempre te preguntaba:
-
¿Qué ha pasado?
-
Nada, que me aburro en clase, y la he liado.
Cuantas y cuantas conversación hemos
mantenido, nunca pude convencerte de que lo que tenías que hacer era portarte
bien. Me sabía muy mal no poder hacer nada por ti. Recuerdo también cuando te
decía:
-
Venga, entra conmigo a mi despacho que me vas ayudar.
Es una lástima que el sistema
educativo no tenga cabida para personas como tú, y que pena que la vida te haya
tratado tan mal.
Ya no tenemos nada que hacer, se acabó,
y se acabó de la manera más triste posible.
Eres muy joven para tener un
final tan trágico. Seguro que tu vida hubiera cambiado, ya que entraste a
formar parte de la familia de tu novia, que te estaban llevando por el buen
camino, pero, ya no hay tiempo. Todo ha quedado en unas buenas intenciones, que
nunca se llevaran a cabo.
Siento mucho no haber podido
ayudarte más, no me dejaste, fue tu decisión. Ahora mi objetivo será ayudar a
tu novia, le ofreceremos las atenciones psicológicas necesarias para intentar
que haga el duelo con todo el apoyo suficiente.
Mis últimas palabras son para
decirte, que no merecías acabar así.
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