Hablo con un amigo después de
mucho tiempo, y en un momento de debilidad le explico cómo me siento.
¡Qué fácil decir, cambia de vida!
Como si cambiar mi forma de
vivir fuera equiparable a cambiar de coche
Cuando una persona no se pone los
zapatos que yo llevo, no puede entender por qué actuó de esta manera.
Por encima de mi felicidad, está
la de mi familia, y aunque los años pasen para mí, sumergida en una vida que no
me gusta, seguiré actuando de esta manera, porque me importa mi gente, y sobre
todo porque no puedo dejar en la estacada a esas personas que forman parte de
mi vida.
Amigo, tus palabras no me han servido,
porque no te has puesto en mi pellejo.
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