Atrás quedaron los días de tristeza,
ahora que he llegado a la madurez de mi vida, la valoro e intento llevar la
vida que quiero llevar.
Sé que es difícil por el entorno
que me rodea, pero yo minimizo mis problemas y me construyo mi día a día.
Soy una luchadora, acepto la vida
que me ha tocado vivir e intento dejar de compadecerme.
Estoy bien, mejor dicho, muy
bien, me valoro y valoro mi alrededor, y sobre todo los regalos que me brinda
el destino.
Formas parte de mi estabilidad,
de mi día a día, y por nada del mundo te dejaría escapar.
Acompáñame en el ocaso de mi vida, no te pediré nada
que no te haya pedido hasta ahora, simplemente te quiero a mi lado.
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