"No sé lo que nos está pasando, cara mía, no lo sé.
No puedo entender lo que nos está pasando, pero no quiero resistirme a ese viento impetuoso que refresca nuestros sentimientos y revive nuestras almas, que levanta llamas de rescoldos que ya parecían muertos.
Quisiera desplegar velas y dejar que nos lleven a donde sea
Has entrado en mi corazón como esa brisa suave del atardecer en la costa, que calma el peso del día. Y yo te he abierto de par en par las ventanas de mi alma y hasta el último rincón ha llegado tu frescor limpio y balsámico. Y ahora... cerraré ventanas y contraventanas para que no te escapes y tenerte conmigo siempre.
No, no, eso no se hace con la brisa marina ¿verdad? Soy castellano, de origen judío, pero no atesoro cosas (puede que alguna) y menos atesoro personas y mucho menos amores. Al revés, las puertas de mi corazón estarán siempre abiertas, no para que salgas de él, sino para que día a día entres renovada a calmar mis heridas y a alegrar mis días. Yo trataré de agradecerte cada instante de felicidad que me das y de hacer todo lo que esté en mis manos para que tú también seas feliz y nunca olvides la senda que lleva a mis sentimientos"
Esta carta no esta escrita por mi, me gustaría poner su autor/a pero no lo recuerdo.
Esta carta no esta escrita por mi, me gustaría poner su autor/a pero no lo recuerdo.
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