La espontaneidad está relacionada con la naturalidad. Una
persona es espontánea cuando se siente en confianza, es decir, está a gusto y
puede comportarse sin miedos ni inhibiciones.
Pero el espontaneo/a, no actúa siempre de la misma manera, en
múltiples ocasiones cuida lo que hace o lo que dice. Sabe perfectamente cuando mostrarse tal cual
es y cuando no. Este cambio de comportamiento depende del interlocutor con el
que está tratando, si le infunde confianza, se expresará con naturalidad, sin
tener que cambiar su forma de actuar, pero si no la hay, marcará distancia y
sentirá recelo.
No tenemos que confundir espontaneidad con impulsividad.
La persona impulsiva actuar siempre sin reflexionar y no piensa
en las consecuencias de sus actos. Suelen tener una tendencia que a menudo
puede derivar en complicados problemas.
Una cosa es ser espontáneo y expresar lo que
se quiere y se siente, y otra es ser víctima de los propios impulsos que muchas
veces son auto destructivos.
La impulsividad, es
una reacción desmedida, hace perder de
vista el contexto y, especialmente, la consecuencia de los actos. Una persona
impulsiva puede destruir en un segundo lo que ha tardado muchísimo tiempo en
construir.
Las grandes diferencias entre la espontaneidad y la
impulsividad es que, el primero controla sus actos, palabras y forma de ser, y
el segundo no tiene medida de las cosas, y actúa sin pensar en las consecuencias
de sus actos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario