Hace 26 años, estábamos colgando
las cortinas de tu habitación. Quería terminar de prepararlo todo porque
pensaba que no nacería hasta que estuviera todo apunto.
Al día siguiente, 13 de octubre
del 1993, llegaste al mundo, y mi vida cambio nada más verte. Ya nada sería
igual, pase de ser una persona muy preocupada por las matemáticas a convertirme
en una mama responsable que velaba por tu bien estar.
Han pasado muchos años para
algunos, pero muy pocos para mí. Me ha costado mucho tratarte como una adulta.
Este último viaje, cuando he visto como me has ayudado con la abuela, como me
has aconsejado respecto al tema de su salud, como te comportas, tu saber estar,
tu firmeza, etc, entonces si que me he dado cuenta de que eres toda una mujer.
No hay palabras para explicar mis
sentimientos hacia ti, solo hay una manera de que puedas entenderme, y eso sucederá
el día que seas madre.
Eres el aire que necesito para
respirar, la persona que junto a tu padre me ayuda a seguir adelante.
GRACIAS;GRACIAS y miles de
gracias por ser mi hija.
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