Aquella casa me emocionó nada más pisar el suelo. Pensar que me
encontraba en el mismo lugar donde muchos años atrás aquella joven y su familia
estuvieron encerradas casi dos años, me turbaba.
Llegar a la puerta secreta, (un mueble
biblioteca) donde se comunicaban las casas fue conmovedor. Subí las escaleras
que me llevarían a las habitaciones de
la familia Frank, y ya me había trasladado en el tiempo.
El lugar donde dormía Ana con otra persona
más, tenía las paredes llenas de fotos y postales.
Las ventanas estaban cubiertas por una
especie de cortinas negras, no podían ver la luz, ya que temían ser descubiertos.
Sentí angustia y mucha tristeza al recorrer palmo a palmo la
casa.
No pude evitar derramar lágrimas al leer:
"...algún
día esta horrible guerra habrá terminado, algún día volveremos a ser personas y
no solamente judíos..."
Gracias por hablarnos de ello. Espero poder experimentarlo algún día.
ResponderEliminargracias a ti, por leerme.Un abrazo
ResponderEliminarEs una visita muy recomendada para el que vaya a Ámsterdam
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