Y en medio de tanto caos, la
solidaridad hace que se apacigüe un poco la situación Las personas quieren
ayudar, necesitan sentirse útil y hacer algo por los demás. En el ascensor de
casa, apareció el primer día de confinamiento un papel que decía:
-
ME OFRESCO PARA AYUDAR EN LA COMPRA O CUALQUIER
COSA A LAS PERSONAS QUE NO PUEDAN SALIR. Tel xxxxxxxx
La asociación donde colaboro, nos
ha asignado a un grupo de persona, un mayor, para que estemos pendientes de
ellos. Los llamamos cada dos días, hablamos, le hacemos preguntas en cubierto
para detectar si tienen algún problema relacionado con el monstruo, le hacemos
la compra, eso si sin tener contactos directos con ellos, en mi caso, tengo la
llave del portal de su casa, y le dejo lo que necesita delante de su puerta.
En momentos difíciles, es muy
gratificante ayudar a quien lo necesite.
¡Mucha fuerza!
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