miércoles, 29 de junio de 2011

La importancia de un minuto







En un minuto, puedo ver el gesto, la mirada, el ademán, incluso oír la palabra.
Existe ese sublime minuto para decirte hola y nunca decirte adiós.
En un minuto henchido de horizonte, veo la grandeza de la naturaleza.

¿Me dejas que te observe un minuto? Mi recuerdo por ti será para siempre.

 recuerdos que pueden surgir en un minuto, pueden perdurar años.

Dame un minuto para sonreír: sonreír para ti, para los otros y para la vida.

¿Tienes un minuto para evaluar la inmensidad del infinito, aunque sin poder entenderlo?

En un minuto apretaré tu mano y quizás te conquiste como amigo.

Otórgame un minuto y amaré, buscaré, compartiré, perdonaré, esperaré, venceré y seré…

Tan sólo un minuto para incentivar a alguien o desanimarlo.

Un minuto para comenzar la reconstrucción de un hogar o de una vida.

Me basta un minuto para hacerte feliz.

Un minuto… ¡Cuántas veces los dejamos pasar sin darnos cuenta!… pero también cuántas veces traemos a nuestras vidas los recuerdos de los minutos vividos llenos de felicidad, de alegría y también de tristeza. No, no quiero ese minuto de recordar las tristezas...

Lo importante es no vivir la vida porque sí, dejando pasar el tiempo, sino saborear cada minuto com la máxima intensidad.

domingo, 26 de junio de 2011

La razón aurea o número de oro.

El valor numérico de esta razón, que se simboliza normalmente con la letra griega "fi" (f), es:
Ø= (1+51/2) / 2 = 1,618034......

O escrito de otra forma equivalente:




 ¿Qué tiene de interesante este número aparentemente tan complicado?

a)  Te propongo que cojas tu carnet de identidad, una tarjeta de crédito, un libro, o cualquier cosa que tenga forma rectangular.
Ahora solo tienes que dividir la medida más larga entre la más corta...
¿Qué resultado te ha dado?
Si, lo sé, el resultado se aproxima al número áureo.
¿Seguimos?

b)  Te sugiero que te tomes estas dos medidas;  tu altura hasta la cabeza, y  tu altura hasta el ombligo...
¿Qué vuelve a suceder?
Si, de nuevo  se aproxima a Ø =1,61…
¿No se aproximó a este número? Pues lo siento, no tienes un cuerpo de proporción divina, jajajaja.

El número áureo aparece, en las proporciones que guardan edificios, esculturas, objetos, partes de nuestro cuerpo, ..
En la naturaleza, aparece la proporción áurea también en el crecimiento de las plantas, las piñas, la distribución de las hojas en un tallo, dimensiones de insectos y pájaros y la formación de caracolas.

En definitiva el número de oro es uno de los números mágicos dentro del mundo de las matemáticas.

miércoles, 22 de junio de 2011

QUEDA PROHIBIDO






Alfredo Cuervo Barrero

Queda prohibido llorar sin aprender,
levantarte un día sin saber qué hacer,
tener miedo a tus recuerdos

Queda prohibido no sonreír a los problemas,
no luchar por lo que quieres,
abandonarlo todo por miedo,
no convertir en realidad tus sueños.

Queda prohibido no demostrar tu amor,
hacer que alguien pague tus dudas y mal humor.

Queda prohibido dejar a tus amigos,
no intentar comprender lo que vivieron juntos,
llamarles sólo cuando los necesitas.

Queda prohibido no ser tú ante la gente,
fingir ante las personas que no te importan,
hacerte el gracioso con tal de que te recuerden,
olvidar a toda la gente que te quiere.

Queda prohibido no hacer las cosas por ti mismo,
no creer en Dios y hacer tu destino,
tener miedo a la vida y a sus compromisos,
no vivir cada día como si fuera un último suspiro.

Queda prohibido echar a alguien de menos sin alegrarte,
olvidar sus ojos, su risa, todo,
porque sus caminos han dejado de abrazarse,
olvidar su pasado y pagarlo con su presente.

Queda prohibido no intentar comprender a las personas,
pensar que sus vidas valen más que la tuya,
no saber que cada uno tiene su camino y su dicha.

Queda prohibido no crear tu historia,
dejar de dar las gracias a Dios por tu vida,
no tener un momento para la gente que te necesita,
no comprender que lo que la vida te da,
también te lo quita.

Queda prohibido no buscar tu felicidad,
no vivir tu vida con una actitud positiva,
no pensar en que podemos ser mejores,
no sentir que sin ti este mundo no sería igual.

domingo, 19 de junio de 2011

Diarios personales...



    En 1975 comienzo a escribir un diario personal (quizás podría llamarlo mejor, mensuario o incluso anuario)   donde  anoto  hechos, fechas, pensamientos y reflexiones  que quisiera  recordar en un futuro. Mi diario es una parte de mi biografía.
¿Cómo es de grande el cuaderno de una persona que escribe desde hace 36 años?
Fácil, es el típico diario que se le regala a una adolescente, bastante delgadito, pero ahí está escrita una parte muy importante de mi vida. Todavía quedan tres páginas por escribir, las cuido con mucho esmero, mi letra es cada vez más pequeña, y mis anotaciones muy esporádicas, se que no debo acabarlas, ya que  sería el fin de mi vida.

   Cuando decidí escribir un libro, no dude  que tenía que ser un diario, lo  realice como una estrategia narrativa, para que   el lector pudiera ver que ocurría en mi mente, la del narrador autodiegético (Relato mis experiencias como personaje central de la historia)

 Hace varios meses que escribo este blog.  Dependiendo del día o de mi estado animo, cuelgo artículos de  diferentes temas. En estos momentos   lo utilizo para plasmar o contar ideas, y sobre todo para reflexionar en voz alta. Quizás también podía catalogar este blog como un diario personal, que utilizo para entender mejor mi presente y seguir evolucionando y creciendo como persona. Escribir sobre lo que siento y pienso es una de las mejores formas de profundizar en mi misma e intentar alcanzar mi tan ociado bienestar. 

miércoles, 15 de junio de 2011

Aferrarse a...



Aferrarse es una palabra que denota  necesidad o deseo de algo con una gran intensidad.
¿Termino positivo o negativo?
Cuando te aferras, te sientes amarrado, atado, sujeto a alguien o a una circunstancia.
Ese sentimiento tan intenso, nos hace creer que seremos más felices si lo alcanzamos. Muchas veces  hacemos un esquema de cómo sería nuestra vida si logramos nuestro objetivos; feliz, seguro que sí, pero también en el análisis estudiamos lo infelices que seremos cuando el hecho a l cual nos aferramos no se puede llevar a cabo.
Seguro que todos  ansiamos   cosas, algunas materiales y otras veces son anhelos de personas o forma de vida.
Es asombroso  la magnitud, y el precio que algunas personas pagamos por estar aferradas.
En no pocas ocasiones sabemos que los anhelos nunca llegarán, quizás porque se paso el tiempo de lograrlas, quizás porque no depende de nosotros alcanzarlos, o porque no, por que no nos convienen. Sin embargo, dentro de nosotros existe una fuerza innata de aferrarnos. Es posible que la ilusión de lograr lo que perseguimos, haga que nuestra vida  cobre otro sentido.
El hecho de aferrarnos a algo puede dar un aliciente a nuestras vidas, siempre y cuando no llegue a obsesionarnos ,momentos en el cual tenemos que tener la valentía de darnos cuenta de que hay cosas inalcanzables, y lo mejor es dejarlas de lado.

viernes, 10 de junio de 2011

LA PALABRA ES LA HUELLA DEL PENSAMIENTO.

Seas quien esas te agradezco que estés ahí cuando necesito comunicarme.
Una de las cosas que me ha enseñado este mundo virtual es que existen personas, aunque pocas, que te tienden su mano sin pedir nada a cambio.
Te agradezco que me permitas mantener mi anonimato, que no sepas nada de mí, que me leas, y que  aceptes que cuando quiera cambiaré de interlocutor.
Los que me conocen saben de mi necesidad por hacer terapias, donde la base fundamental es la palabra.
Hablar, expresar mis sentimientos, es la mejor manera que tengo de sentirme bien.
¡Cuantas y cuantas veces busco entre mis contactos alguien con quien hablar!, ¡Cuantas y cuantas páginas he escrito sin tener respuesta!
Entiendo que hay personas que por diversas circunstancias no pueden o no quieren compartir conmigo una charla.
¿Sabes? En muchas ocasiones escribo aun sabiendo que no tendré respuesta simplemente porque necesito comunicarme en un determinado momento.
Las personas que entren a este blog se preguntaran a quien va dirigida esta entrada
Quizás a un ser en particular, puede que a más de uno, tal vez a alguien que ya no existe  o puede que a una persona irreal fruto de mi imaginación. 
Gracias a todos los que me leéis, ya que formáis parte de este escrito.

jueves, 9 de junio de 2011

Muere Jorge Semprún (Una gran persona y un gran escritor)

Tenía 87 años. Con él se pierde para siempre parte de los recuerdos del preso número 44.904, su matrícula en Buchenwald, el campo de concentración alemán en el que vivió deportado entre los 20 y los 22 años. Semprún construyó su obra literaria con los fragmentos de su propia memoria y en ella queda, pues, el recuerdo de los hechos y de los sentimientos de una vida marcada a fuego por todas las barbaries modernas.
"

Tengo más recuerdos que si tuviera mil años".

abría reconstruir los momentos clave de la vida del escritor leyendo cronológicamente una serie de libros que no fueron escritos respetando ese orden: la adolescencia en el exilio de la Guerra Civil (Adiós, luz de veranos...), la resistencia antinazi y la experiencia de Buchenwald (El largo viaje, Viviré con su nombre, morirá con el mío, Aquel domingo y, sobre todo, La escritura o la vida), la expulsión del Partido Comunista de España (Autobiografía de Federico Sánchez) o el periodo como ministro de Cultura en la segunda legislatura de Felipe González (Federico Sánchez se despide de ustedes).


Si el descubrimiento de Levinas le valió su primer premio extraordinario de filosofía, el compromiso político le hizo ingresar en el Partido Comunista de España en 1942. Un año más tarde fue detenido como miembro de la Resistencia antinazi, torturado y deportado al campo de concentración de Buchenwald. Allí se libró de la muerte probable que esperaba a los intelectuales cuando fue inscrito como estucador en lugar de como estudiante. Su conocimiento del alemán, una obsesión de su padre, le ayudó también a sobrellevar los dos años que pasó con el triángulo rojo y la S de Spanier (español) en el pecho.


El 11 de abril de 1945, dos soldados estadounidenses abrieron la cancela del campo, marcada con una sarcástica inscripción: "A cada uno lo que se merece". Pero con la liberación y los recuerdos de la experiencia concentracionaria llegaba también para Jorge Semprún un dilema: o escribir sobre el pasado (y lo pasado) o vivir el presente. Lo primero, diría luego, le hubiera llevado al suicidio de no haber mediado los años. Aunque ya en 1963 había volcado parte de su experiencia en El largo viaje, hubo que esperar a 1994 para que el narrador buceara hasta el fondo de aquella herida. El resultado fue un título hoy mítico: La escritura o la vida.


Años más tarde, en Federico Sánchez se despide de ustedes (1993), el escritor se deshacía definitivamente de su alias en el relato que recogía su último paso por la política. Entre 1988 y 1991 había sido ministro de Cultura y aquel libro se convirtió en una pieza irrepetible, por infrecuente, de la literatura española: las memorias públicas de un miembro del Gobierno. Públicas y descarnadas. Con una altura literaria marca de la casa, Semprún narra sin tapujos sus desencuentros con el aparato del PSOE, encarnado en el vicepresidente Alfonso Guerra. Una crudeza que se convierte en ironía al contar algunos de los episodios que le tocó vivir, ya se tratase de las negociaciones con la baronesa Thyssen para acondicionar el palacio de Villahermosa o de una visita de la reina de Inglaterra al Museo del Prado.


Las memorias ministeriales de Jorge Semprún arrancan con una llamada de Javier Solana preguntando al escritor si conservaba el pasaporte español, condición sine qua non para formar parte del Gobierno. La respuesta fue afirmativa. Semprún, autor de guiones de cine para directores como Alain Resnais (La guerra ha terminado) o Costa Gavras (Z, La confesión), escribió la mayor parte de su obra en francés. Nunca perdió, sin embargo, la nacionalidad española. Si no escribir más en español le privó tal vez del Premio Cervantes, no abandonar la nacionalidad española le impidió ser admitido -no sin cierta polémica- en la Académie Française, aunque lo fuera en la Académie Goncourt. Ese fue su destino de escritor europeo, el mismo que le valió premios internacionales como el Formentor (1964), el de la Paz de los libreros alemanes (1994) o el Jerusalén (1996).


La Europa en que creía Jorge Semprún empezó a construirse, lo dijo él mismo, en la diversidad de los resistentes deportados a Buchenwald, la cara oscura de la Weimar de Goethe, a tan solo unos pasos. El 11 de abril de 2010, el escritor acudió allí por última vez para pronunciar un discurso. Se celebraba el 65º aniversario de la liberación del campo y días antes publicó en este diario un artículo en el que reconocía con lucidez extrema, pero con furia, que se acercaba al final: "Por última vez, pues, el 11 de abril, ni resignado a morir ni angustiado por la muerte sino furioso, extraordinariamente irritado por la idea de que pronto ya no estaré aquí, en medio de la belleza del mundo o, por el contrario, en su grisácea insipidez -que en este caso concreto son la misma cosa-, por última vez, diré lo que tenga que decir".


Y lo dijo. Sobreponiéndose al quebranto de la enfermedad, Semprún acudió a Buchenwald y habló. Lo hizo en el Appelplatz del campo, el mismo lugar en el que se alternaba la voz -"gutural, malhumorada, agresiva"- del Rapportführer, que tronaba a diario, con el hilo musical que algunos domingos emitía por los altavoces las "sempiternas cancioncillas de amor" de Zarah Leander. Allí recordó a los niños judíos que, en 1945, fueron llevados desde Polonia a Weimar ante el avance del Ejército ruso. Entre ellos estaban Imre Kertész y Elie Wiesel, futuros premios Nobel.


A esa generación confiaba Semprún su testimonio. "Todas las memorias europeas de la resistencia y del sufrimiento", dijo, "solo tendrán, como último refugio y baluarte, dentro de diez años, a la memoria judía del extermino. La más antigua memoria de aquella vida, ya que fue, precisamente, la más joven vivencia de la muerte".


Con la desaparición de Jorge Semprún se pierde una memoria del siglo. El resto está en su obra. Imborrable. Esos libros, llenos de vida y de amor a la vida, bella o gris, están llenos también de lecturas que alguna vez sirvieron de refugio. Él, que elegía con cuidado cada una de sus citas, colocó hace 10 años una frase del actor y poeta Roland Dubillard al frente de Viviré con su nombre, morirá con el mío. Nueve palabras que dicen algo que suena a decisivo en la voz de un escritor de la memoria: "Estoy seguro de que mi muerte me recordará algo...".

domingo, 5 de junio de 2011

Lo único real es el presente.



Muchas veces la elección de estar plenamente en el ahora es lo único que se necesita para recobrar la serenidad y tan solo se requiere optar por ello. Elegir el presente es la opción de renovarse día a día, “resetearse” cada mañana para ver el mundo siempre nuevo, salido de fábrica, y como algo eterno que estaba antes y estará después de nosotros.
El maestro espiritual y filósofo Krishnamurti dijo sobre el pasado y su recuerdo:
“La lluvia cayendo sobre la tierra reseca es algo extraordinario. Lava las hojas y las deja limpias, y la tierra es refrescada. Creo que todos deberíamos lavar nuestras mentes hasta dejarlas bien limpias, igual que los árboles son lavados por la lluvia; porque nuestras mentes están tan cargadas con el polvo de muchos siglos, el polvo que llamamos saber, experiencia. Si vosotros y yo purificáramos nuestras mentes a diario, liberándolas de los recuerdos de ayer, tendríamos una mente fresca, una mente capaz de vérselas con los numerosos problemas de la existencia.”

Isabel s. larraburu
Psicóloga clínica

jueves, 2 de junio de 2011

Agravio Comparativo.



Buscando en el diccionario, he encontrado la siguiente definición referente al “Agravio comparativo”:
El que se comete al dar un trato distinto a personas en la misma situación.
Continuo en la búsqueda, y llegó al término “Agravio”:
Perjuicios que se hace a uno en sus derechos o intereses.
Sigo investigando y necesito encontrar una definición de “Perjuicio”:
Daño material, físico o moral.
Dejo de lado el diccionario y comienzo a reflexionar:
En las evaluaciones de los alumnos de segundo de bachillerato, el profesorado suele utilizar en bastantes ocasiones la expresión “Agravio comparativo”
Todas las personas que componemos el equipo docente, teniendo en cuenta lo que se juegan los alumnos, intentamos ser justos en la medida que nos es posible.
¿Y, que pone el diccionario de la justicia?
Obrar en razón o tratar a alguien según su merito, sin atender a otro motivo, especialmente cuando hay competencia y disputa.

Aquí es donde comienzo a perderme...

“Agravio comparativo” el que se comete al dar un trato distinto en la misma situación.

1.- ¿Alumnos que tienen distinto profesorado, están en la misma situación?
2.- ¿Es la mismo situación que un alumno suspenda la signatura x, y otro la asignatura y?
3.-¿Dos personas distintas, con distintas capacidades intelectuales, con situaciones personales diferentes, pueden ser calificadas con los mismos criterios?
4.-¿Es aplicable el agravio comparativo a la hora de evaluar a nuestros alumnos?

Supongamos que después de la evaluación, en el periodo de reclamación, solamente un alumno ejerce su derecho a demandar una revisión de sus notas.

¿Es lícito no atender a su demanda, por que otros alumnos no la hayan solicitado?

¿Incurriríamos en un agravio comparativo?