domingo, 17 de mayo de 2020

Tengo el “SÍNDROME DE LA CABAÑA”.






Son  50 días los que llevo encerrada en casa; no voy al súper porque me da miedo, ya que hay mucha gente, no salgo a pasear a la hora que está establecida porque veo a bastantes personas sin mascarillas. Solo voy a la ONG donde colaboro, a clasificar documentos, en coche de puerta a puerta para no encontrarme con nadie.

Este miedo me limita, me invade y genera en mí consecuencias psicológicas como; ansiedad, crisis de pánico o insomnio" 

Tengo que salir de esta situación, debo empezar a pasear un rato, ir protegida y pensar que, si me contagio, es posible que sea flojo y lo pueda pasar en casa, y si es fuerte, tengo que aceptar que iré al hospital y seguro que me curarán.

Necesito pensamientos positivos que me hagan volver poco a poco a una vida, “casi” normal.

¡Lo conseguiré!

domingo, 3 de mayo de 2020

Diario de una mujer desconsolada





Que sola me has dejado, siempre a tu lado, hablando, cuidándote, viendo la tele…
Me siento desamparada, me he convertido en una mujer con mucha amargura en su corazón. Mis facciones han cambiado, atrás quedó aquella cara que siempre tenía una sonrisa, me cuesta, es como si me hubiera olvidado de  reír.
Tengo a mi hija y su padre que me adoran, se preocupan por mi y me cuidan mucho, pero el amor que siempre me has dado ha sido diferente al de ellos.
Viene a mi memoria los últimos años de tu vida cuando decías que yo era tu madre, que los papeles habían cambiado y que ahora era yo la que te trataba como una niña. ¡Cuánto me gustaba que me llamaras mama!
Mis cuidados hacia ti, no tienen comparación con lo que tus has hecho durante toda tu vida.
Te admiro y siempre lo haré, me enseñaste muchas cosas; a no discutir por cosas sin importancia, el valor de la solidaridad ( hasta días antes de partir, seguías haciendo una hucha que me dabas de vez en cuando, para mis “viejecitos” de la organización donde colaboro), aprendí el amor por la lectura, afición que también tenía papa…Tantas y tantas cosas, que no tendré días en mi vida para agradecerte todo lo que has hecho por mi , papa y mis hermanos.
Recuerdo que, por la noche, cuando te llamaban mis hermanos, al colgar siempre decías:
-          Como me gustaría que el día que yo falte, sigas teniendo relación con ellos.
Mama, ahora soy yo la matriarca, cada noche sigo con la costumbre y los llamo.
¡Seguiré con tu legado!
Noto tu presencia, cada minuto, hora y día. Por favor sigue cuidándome porque lo necesito mucho.
¡Te quiero ¡