El dolor que sientes en el alma
es tan poderoso que se apodera de tu corazón y de todo tu cuerpo. Dejas de
comer, no te apetece hacer nada, por las noches, aunque estés muy cansado, no
puedes conciliar el sueño y vas viendo cómo van pasando las horas, una detrás de
otra.
No puedes echar la vista al
pasado, porque solo recuerdas los malos momentos, los buenos han desaparecido
de tu mente, como si nunca hubieras existido.
Pensar en el futuro tampoco te
ayuda, porque no lo tienes, todos los planes que habías ideado para dentro de
un tiempo se han desvanecido, ya no te interesan.
Solo tienes el presente, tienes
que vivirlo día a día, este debe ser tu lema para salir adelante.
Busca consuelo en tu familia; madre,
hermana, etc.
Ahora es el momento de hablar con
ese amigo que tienes de toda la vida, cuéntale cómo te sientes, ábrele tu
corazón, es muy importante que expreses tus sentimientos, que te escuche y a la vez que tú puedas oírte.
Aférrate al trabajo, no se te
ocurra coger una baja, debes estar activo. Tienes que darle una tregua a tu
mente, a los pensamientos negativos que te invaden, trabajar te ayudara a
evadirte durante unas horas de tu situación.
Pasea, vete al campo, respira,
haz deporte, todo cuanto se te ocurra para que el dolor que sientes en el alma
se vaya apaciguando poco a poco.
Antes de tomar alguna decisión,
deja pasar un tiempo, tienes que estar sereno, debes recuperar tu fortaleza,
recuerda que el tiempo juega a tu favor.
Te preguntaras; ¿porque siento tanto dolor?, ¿porque se acabaron las ganas de vivir?, ¿porque han cambiado tanto
las cosas.?
La etapa de reproches y remordimientos tienes que vivirla, es inevitable, pero que no dure demasiado tiempo.
Has de tener paciencia, poco a
poco veras la vida con otros ojos, el problema seguirá estando, pero cuando te
encuentres bien serás capaz de coger las riendas de tu vida e intentar arreglar
lo que ha hecho que hoy te duela el alma.
