sábado, 3 de octubre de 2015

La dualidad del día




Ha sido una mañana muy bonita, me he sentido feliz, he reído mucho, y sin embargo he llorado en varias ocasiones a lo largo de una conversación.
No me importa haberlo hecho porque llevaba demasiado tiempo guardando las emociones y negándome a sacarlas fuera, siempre empeñada en parecer una persona feliz, con una sonrisa  perenne en mi cara.
He sido capaz de explicar mis inquietudes, mis anhelos, mis añoranzas, …
Gracias por haberme odio, por esas palabras de consuelo, y por haberme regalado unos calificativos que quizás no merezca.

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