lunes, 14 de diciembre de 2015

Acéptalo, has caído !



De repente un día se te acaban las fuerzas, todas las cosas que has hecho durante mucho tiempo que te llenaban, ahora carecen de interés. En tu trabajo no das pie con bola, se te olvidan las cosas, cometes errores muy banales, no tienes ganas de arreglarte, ni de salir, ni de trabajar ni de comer, ni casi de hablar.
Bajas el ritmo de tu vida y todo te cuesta mucho hacerlo, hasta conducir un recorrido que haces a diario se convierte en una pesadilla máxime cuando tienes la sensación mientras conduces de que te ahogas. Tienes que ir por el carril de la derecha a 50Km/h, porque temes no poder llegar a tu destino, y necesitas tener una salida de autopista cerca por si no puedes continuar.
No eres capaz de mantener una conversación donde tienes algo que debatir porque tus ojos se llenan de lágrimas. Tu rostro es el espejo de lo que estás pasando y aunque quieras disimularlo todos te dicen que tienes mala cara.
Intentas que la vida siga, pero llega un momento en que no puedes aguantar más y acudes a un especialista, y tienes que escuchar las fatídicas palabras que sabes que te va a decir pero que no quisiera que te dijera.
Ahora hay que remontar, al no haber sido capaz de hacerlo por sí misma, tienes que acudir a los fármacos.
El doctor te aconseja que debes hacer cosas sin forzarte, actividades que puedas hacer bien y te recomienda por el tipo de trabajo que tienes que cojas una baja, a lo cual te niegas rotundamente, ya que tienes que aguantar como sea, porque temes meterte en una cama y no salir.
En algunos días, esperas que todo se ponga en su lugar y puedas ver la vida con otra perspectiva


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